La muerte de Superlopez
Siempre he considerado a su dibujante, Jan, como uno de los más grandes e innovadores artistas del tebeo español. Después de tanto Mortadelo, Jan era para mí un soplo de aire fresco, gamberro y bizarro. Jan era la Warner y Mortadelo era la Disney. Pese a estar sordo como una tapia, Jan siempre supo ponerle a su personaje un sonido muy, muy especial.
Supongo que todos nos hicimos mayores. Jan se hizo mayor, yo me hice mayor... hasta Superlópez se hizo mayor, que se le han puesto las patillas plateadas. Y la verdad es que le echo de menos. Ahora ya no es lo mismo. Supongo que al envejecer, igual que Asterix, Superlopez se olvidó de quién era.
Aquél que fue ya está muerto, no tengo ninguna duda. De aquellas historias frescas, golfas, barrocas, cuidadas, liosas, corales, detalladísimas, ya queda muy poco. El señor de los chupetes, los cabecicubos, el supergrupo, la gran superproducción... todos aquellos personajes, como nosotros, están ya muertos. Lo que son ahora, lo que somos ahora, no tiene nada que ver con aquéllos de entonces.