Recuerdos de lo que no ha pasado

sábado, septiembre 10, 2005

La identificación con el débil

Ando metido en un proyecto curioso: usando actores, hacer un documental a base de entrevistas falsas a enfermos mentales para el departamento de psiquiatría de un famoso hospital.

Todo eso me está haciendo pensar en la condición humana; ya saben, los tópicos manidos de la fragilidad de la mente humana, la delicada frontera entre cordura y locura... Pero también me ha hecho recordar películas como Psicosis (1960) o la más reciente Skizo (2011). Reparo entonces en los mecanismos que tanto Hitchcock como Otis B. Driftwood han usado para atraer la atención (y el corazón) del espectador.



Por qué se siente uno identificado con Marion, la ladrona que huye y que va a dar a un motel de carretera. Por qué se siente uno identificado con Norman, el hijo de una asesina que se dedica a esconder los cadáveres que va dejando su madre.

Uno siempre se identifica con el débil. Tanto Hitchcock como Driftwood lo sabían. Nada como poner al protagonista en un aprieto, en una injusticia, para que enseguida nos identifiquemos con él. Por eso a Hitchcock le gustaba tanto el tema del falso culpable. El que huye es siempre débil. En este sentido Hitchcock siempre contaba la historia del ladrón en el piso de arriba, que seguramente ustedes ya conocen.

Cuando Marion la débil muere, toma su lugar Norman el débil. Los dos son igual de frágiles. Los dos tratan de escapar pero no pueden.

Hace unos días recordábamos por aquí a la felizmente resucitada Louise Fletcher. Su papel de mala en Alguien voló sobre el nido del cuco es mejor cuanto más oprime a los pobres enfermos, cuanto más desposeídos de su humanidad les deja. Ella es peor cuanto más débiles son ellos.

La fragilidad de la mente humana. Me pregunto si el personaje del enfermo mental nos es tan interesante porque revela lo más frágil de nuestra naturaleza. ¿Nos identificamos con él porque nos parece débil o nos da miedo porque nos recuerda nuestra propia debilidad?

Tengo que recordar decirles a los actores que transmitan debilidad. Que por un momento, todos los espectadores se sientan como un enfermo mental.