Recuerdos de lo que no ha pasado

domingo, octubre 30, 2005

Jack O'lantern y la madre que lo parió

En la Edad Media, algunos bandoleros se aprovecharon de la credulidad de las pobres gentes, que creían que el 31 de octubre se abrían las puertas de la eternidad y los muertos volvían de la tierra. Después de cometer sus fechorías disfrazados de diablos y fantasmas, estos bandoleros iban con el chisme de que los espíritus eran los culpables. Y de aquello a esto, va lo que va. De cabrones disfrazados para robar en los caminos, a americanitos (españolitos) disfrazados de mamón solicitando golosinas.

Los irlandeses tomaron la costumbre de la calabaza hueca de una leyenda en la que un pobre diablo conocido como Jack O'lantern se paseaba por los caminos portando un nabo hueco, tratando de que le dieran entrada al cielo o al infierno, que de los dos sitios le habían echado. Más expeditivos y pragmáticos, como lo de ahuecar nabos es un auténtico coñazo, los americanos decidieron traspasar la leyenda a una calabaza.

De día de Todos los Santos (all hallow's eve) a Halloween. Y digo yo qué cojones haremos los españoles adaptando no ya la fiesta americana, sino su particular modo de celebración. Ahora quieren que los niños españoles se disfracen de mamarrachos y vayan por las casas pidiendo Truco o Trato. Como aquí no hay barriadas de chalés que representen el sueño americano, nuestros niños irán piso a piso, recorriendo la escalera desde el 1º izda hasta el 4º dcha, soñando con que algún vecino les de un jamón. Literalmente.

Por mi parte le pueden dar mucho por saco a Jack, al sueño americano, a las brujas, a los trasgos y al Halloween. Por mi parte, lo mejor de esta fiesta es que un tipo como Carpenter introdujera a Michael Myers dentro del sueño americano para convertirlo en una pesadilla.